La desaparición de la literatura

Llámenme anticuado, pero tengo un temor. Un gran temor.

He visto cómo va en aumento la industria de los libros en formato electrónico y la de los lectores de libros electrónicos, de los cuales el Kindle de Amazon ha sido el símbolo de estos aparatos.

Mi temor es pensar que, tras el paso de algunos años, el clásico libro en papel desaparecerá y me pregunto si desaparecerá la literatura tal como la conocemos. ¿Qué pasara con las Isabel Allende, los Coetzee, los Cervantes, etc., seguirán existiendo o se esfumarán de la Tierra para convertirse en un grupo de soñadores encargados de entretener a las masas?

A medida que avanzan los años y el mundo “progresa”, las personas tienen menos tiempo. Ya no hay tiempo para la familia, para los hijos y, muchas veces, ni siquiera para comer. En este caos actual, tampoco queda tiempo para leer y mucho de lo que leemos a diario es con una finalidad meramente informativa. Al parecer la gente ya no tiene tiempo para las grandes, y no tan grandes historias.

Ahora bien, volviendo al tema de los libros electrónicos. Personalmente no me acostumbro a leer en la pantalla del computador, ni siquiera en una PDA, que desde hace mucho ya incluían lectores de libros electrónicos. Será mi falta de costumbre, o mi desconocimiento acerca del funcionamiento de dispositivos como el Kindle los que no me permiten imaginar cómo sería leer un libro de 300 páginas, por ejemplo, en formato electrónico.

Además me pregunto, si acaso con el advenimiento de estos dispositivos cambiarán los contenidos de los libros ¿Desaparecerá la poesía o la novela y sólo se escribirán libros con un fin informativo o de aprendizaje?

Se preguntarán por qué tanto temor a esta nueva forma de “distribuir” los contenidos literarios. La verdad es que mi miedo se enraíza en una idea. Recuerdo que cuando era niño y quería escuchar a algún grupo o cantante, tenía que juntar el dinero para comprar el cassette y, una vez que lo podía comprar, lo escuchaba una y otra y otra vez. Me aprendía las letras y recordaba hasta el mínimo detalle de cuando iba a sonar algún instrumento en una parte específica de la canción. Sin embargo hoy, con los MP3, si no me gusta un tema porque me aburre o, simplemente, no me apetece, lo cambio por otro; hoy ya no me aprendo las letras, no sé cuándo entra tal instrumento en alguna parte específica de la canción y, otras tantas veces, no sé ni cómo se llama la canción. De alguna manera, la música, que para mí siempre fue tan importante, también se ha convertido en algo desechable; algo que si no me apetece, simplemente lo dejo pasar y no me gustaría que eso me pasara con los libros.

Es mi temor y espero que también sea el vuestro. Mientras exista ese miedo a que las cosas se conviertan en “desechables”, tal vez podremos seguir siendo personas y no máquinas.

Comentarios

  1. Brian, creo que tus temores son infundados. Los autores se crean al margen del soporte de las obras en que plasman estas ultimas. Es decir la creatividad, el intelecto es irrelevante para fines de que manera se vaya a concretar. Tal vez incluso es mejor. Tal vez se crea un artefacto que permita distribuir de mejor forma la obra de un autor. Asi que los futuros Allende, Vargas Llosa, Donoso, etc, creo yo pueden estar tranquilos.

    La musica, en su esencia, no ha cambiado aun cuando ahora se soporte enteramente en un archivo o dispostivo digital que reemplazo al cassete hace mucho tiempo.

    Si la musica no siguio ese sendero apocaliptico que señalas, veo improbable que sí lo hagan las letras.

    Buen post.

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  2. Anónimo6:25 p.m.

    La verdad, yo tampoco aguanto mucho leyendo en la pantalla por muy interesante que sea.Poco saludable para la vista ya es de momento .No creo que una pantalla sustituya el placer de leer en papel , pasar las páginas , abrirlo con el marcapáginas , meter pétalos de rosa entre sus hojas...yo me niego a cambiar esto por la lectura en una pantalla...

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  3. Yo también tengo ese miedo. Ya no hay pequeñas librerías, si quiero un libro o lo pides por internet o te vas a grandes almacenes como fnac, el corte inglés. Y lo de pedirlos por internet para mí es un lío porque tienes que esperar a que te lo traigan y en fin a mí me gusta leer sinopsis de libros in situ, a veces me paso así una tarde entera, leyendo sinopsis y después me llevo una carga de libros que después por desgracia no me da tiempo a leerlos.
    Cuando era pequeña recuerdo lo bien que me lo pasaba yendo por las tardes a la biblioteca municipal a leer libros. Con el tiempo esos hábitos han cambiado. Mantengo mi pasión por los libros pero esta vida de prisas no permite saborear libros como antes. Es una pena, creo que deberían de intensificar las campañas a cerca de la lectura, no sólo para los niños.
    Un buen post. Creo que haré un post al respecto.
    Un saludo

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  4. Concuerdo contigo en varias cosas, el romanticismo de leer un libro en tapas duras, o al meno uno donde la edición era con hojas de roneo y tinta media corrida...
    Un pdf no se compara a toda la emocion que se va viviendo con el cambio de c/página... es el sentido de la inmediatez preponderante en la sociedad actual... quizá destruye nuestra concepción de literatura, pero tb. debemos recordar que la resisencia al cambio nos va volviendo obsoletos...

    Yo soy fanática de la música, no podría dejar de seguirle la pista, ni aunque existan hologramas sonoros o algún artilugio futurista insensible... el timbre lo es todo...

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