Los Bunkers: Ángel para un final
El viernes 7 de septiembre estuve por trabajo en Chillán. Ese día, lo último que tuve que hacer fue juntarme con un liquidador de seguros ya que en la mañana logré un pre-acuerdo con el abogado de la contraparte (en un juicio) y en la tarde necesitaba entregar unos documentos para que el referido liquidador gestionara la indemnización para mi cliente. Cuando salí de la oficina del liquidador, sentí que alguien estaba ensayando -y es que yo andaba cerca del estadio de Chillán -. Sin querer me fui acercando al sonido y le pregunté a unos adolescentes quién estaba ensayando. Me dijeron: Los Bunkers. Caminé un poco más, llegué a las boleterías. Pregunté cuánto valía la entrada -la más barata-, no la compré. Caminé cinco metros y pensé: "¿Y qué voy a hacer en la noche?" (Más encima en el hostal no había wi fi porque estaban remodelando y algo pasó con el router). Así que me devolví, compré la entrada más barata y a las cinco horas después estaba disfrutando de lo mejor escucha...