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Mostrando las entradas de agosto, 2006

¿Ellas necesitan sentirse necesarias?

No sabía qué escribir. Lo cual ya no es una gran novedad debido a que mi imaginación está en franco colapso. Sin embargo, pensando y pensando, se me vino a la memoria que hace un par de semanas mi amigo personal “Panchuko” escribió un post acerca de la vocación que algunos teníamos para ser peloteros y otros pelotudos y que, “ellas”, al final, siempre se quedaban con los pelotudos. El otro día en la televisión vi a una mujer, que no recuerdo si era sicóloga o siquiatra, que señalaba que a las mujeres por naturaleza les gusta sentirse necesarias y que, por ejemplo, cuando dicen que los hombres son incapaces de realizar bien determinada labor, lo que están tratando de dar a entender es que ellas son necesarias para que esa labor se realice perfecto. Entonces, uniendo un par de cabos, empecé a entender por qué ellas se quedan siempre con los que mi amigo llama “pelotudos”. Sencillamente, porque sienten que son necesarias para ese personaje. Entonces (otro entonces), para conquistarlas

VAYA CON DIOS

Cuando escuchamos la frase “Vaya con Dios”, generalmente, lo asociamos a una especie de buenos deseos que una persona le expresa a otra. Como, por ejemplo: “Que le vaya bien”. En el post que hoy publico, la frase “Vaya con Dios” se refiere a un descubrimiento musical. El otro día, ya no me acuerdo cuando, estaba escuchando el programa Acid Bar en la radio Zero y la exquisita María Gracia Subercaseux (espero no haberme equivocado en la forma de escribir el apellido) recomendó una canción de su “grupo favorito”, curiosamente llamado: “Vaya con Dios”. Un grupo belga que hace más de diez años no sacaba un disco y que vivió una larga separación para volver a reunirse hoy en su nuevo disco “The Promise”. La canción que en ese momento tocaron – en la radio- fue “Nah, neh, nah”, extraño nombre, pero buena canción, especialmente si vas en un vehículo (llámese auto, micro, bus) tipo ocho de la noche o más tarde y te toca sentarte al lado de la ventana. Bajé otra canción, llamada “What’s a Woman

Juguetes ¿Eran una proyección de lo que queríamos ser cuando grandes?

Hace tiempo que no posteo nada nuevo. Y es que he estado estudiando para el bendito examen y me he alejado un poco del computador. Además no sentía muchas ganas de escribir. El tema del cual escribo hoy tiene su inspiración en un seudo documental que se me ha ocurrido hacer y que trata de nuestros primeros juguetes. De aquellos juguetes que siempre quisimos y nunca pudimos tener o de aquellos que tuvimos y que no soltábamos ni siquiera para ir al baño. También, y ahí parte la idea fundamental del documental, es cuál fue nuestro primer juguete. Casi nadie se acuerda de su primer juguete, pero cuando haces esta pregunta (¿Cuál fue tu primer juguete?), la gente se suelta y te empieza a contar su historia con los juguetes. Pensando en esto he llegado a una “casi conclusión”. Nuestros juguetes de niños eran una proyección de lo que queríamos hacer cuando grandes o cómo queríamos ser cuando grandes. Por ejemplo, cuando yo era niño, recuerdo que el primer juguete más querido por mí era un Sup