Ir al contenido principal

¿Cuánto tiempo le dedicamos a Internet?

Hoy se me ocurrió escribir acerca de cuánto tiempo le dedicamos a Internet y, por qué no también, de lo que perdemos por Internet.
Sí, ¿cuánto tiempo de nuestra vida lo dedicamos, ya sea a leer blogs, noticias, ver videos o indagar en la vida de los demás a través de Facebook o Twitter?
Recuerdo que antiguamente yo usaba el computador, pero casi no usaba Internet. Sólo me dedicaba a escribir, o a jugar, o a escuchar música. En esos tiempos yo escribía cuentos, ensayos, podía estudiar, ver televisión y hasta me sobraba tiempo. Sin embargo, en la actualidad casi no veo televisión, tampoco escribo cuentos ni ensayos, tampoco juego en el computador; no obstante ello, el tiempo que estoy frente al computador quizás es igual o mayor al que estaba antes de que el mundo y la vida se ‘Internetizara’.
¿Les pasa esto a ustedes? El simple hecho de escribir en un blog quita tiempo. Antes, los post los escribía en Word y después los publicaba (eso hice hoy); en cambio, de un tiempo a esta parte escribo – si es que escribo – directamente en la página web, lo que para mí, de alguna manera es una muestra de desinterés por lo que publico.
Por otro lado, ¿qué me dicen de Facebook o Twitter? Es que las “famosas” redes sociales se han convertido en un boom, pero también en una forma de autoexposición, algunas veces exagerada, de la vida de las personas. Especialmente Facebook, que según yo se ha convertido en el reality de Internet. El lugar donde las personas, con la esperanza de encontrar a sus antiguos amigos o conocidos, o de hacer nuevos amigos, lo único que logran es exponer su vida privada a quien la quiera ver.
No sé, me cuestiono si el tiempo que empleamos en Internet está bien distribuido o no. Pienso que, tal vez, estos boom mediáticos como son Facebook o Twitter, solo por mencionar algunos, si bien por una parte nos ayudan a comunicarnos con nuestros seres queridos y ‘amigos’, por otra parte nos sumergen inconscientemente en la exposición de nuestras vidas, lo que no sería malo si todos tuviéramos el suficiente criterio para discernir qué publicamos o no en nuestro perfil, pero ¿qué pasa con quienes no tienen ese criterio? Y quizás también, muchas veces nosotros mismos actuamos sin criterio y hacemos o publicamos cualquier cosa.
Definitivamente prefiero el teléfono. Qué puede haber más agradable que escuchar la voz de alguien, sentir que está ahí. 
Y mejor que el teléfono: tener a la persona enfrente. 
Sería bueno olvidarnos un poco del blog, de Facebook, de Twitter, de Messenger y salir a caminar a respirar el aroma de lo real, de lo tangible.
Para terminar, quiero decir que el solo hecho de haber escrito este post en Word me hizo sentir más libre. 
Hoy las cosas no fueron al ritmo de Internet, sino que fueron a mi ritmo, y eso me gusto.


Comentarios

  1. Es verdad. A veces dedicamos tanto tiempo al ordenador, la tele o el teléfono que nos olvidamos de la importancia de la cercanía humana. Lo mejor es disfrutar de los aparatos electrónicos en pequeñas dosis y del cariño de los demás en dosis masivas...
    Muchas gracias por leerme, Tercer Chimpancé, eso ya es un gran premio para mí ;).
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  2. El filósofo Martín Heidegger dice:
    "...ante este avance del desarraigo que produce el nuevo mundo técnico,el ser humano debe saber, por una parte, decir sí y saber decir no al uso de los
    aparatos, para que ellos no nos invadan definitivamente.."

    Definitivamente siempre me lo cuestiono.

    ResponderBorrar
  3. Utilizo mucho internet y afirmo que no pudo existir mejor medio para desarrollar algo. Ahora, el cuento de cómo lo utilizo es otra cosa.

    Señor Chimpacé, tuve un par de días llenos de actividades, pero cuando podía lo visitaba... igual perdía unos minutos, pero me distraía y eso era lo importante.

    Saludos.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Angélica Sepúlveda: la mujer más odiada de Chile

En Canal 13 (www.canal13.cl) – para aquellos que no son de Chile-, transmiten un reality de época –supuestamente, ya que se ha ido degenerando un poco- llamado ‘1810’. En este reality hay una participante llamada ‘Angélica Sepúlveda’. Pero ¿qué tiene de especial esta mujer? Bueno, simplemente que es una mujer carente de toda consideración por el prójimo. Al parecer el afán de ganar el premio final la convierte en un ser absolutamente despreciable que lo único que hace es encargarse de atacar sicológicamente al resto de sus compañeros. En tiempos en que está de moda el bullying, ésta mujer sería la ‘matona’ del curso. Hace un par de capítulos atrás a una participante que sufre de obesidad le dijo que era una morsa, que no era ningún aporte para su grupo, etc., etc.,.  En fin, es una persona que ve a los que la rodean bajo un manto de prejuicio. No se da el tiempo de conocer a las personas. Simplemente dice tal persona es así o asa y ni siquiera toma en cuenta que no ve las cosas como s

Un año de Honda CB 150 Invicta

Mi Honda CB150 Invicta (conocida en otros lugares como Dazzler) ya cumplió más de un año en mi poder y sólo puedo hablar cosas buenas de la moto. A pesar de ser una moto de baja cilindrada (150 cc), puedo transitar a cruceros de 100 km/hr, e incluso a 115 km/hr sostenidos por un tiempo menor. La verdad es que la moto da más velocidad, pero nunca he querido pasarme de revoluciones ni forzar tanto el motor; así que normalmente trato de andar en carretera a no más de 90 o 95 km/hr. En este año que he tenido mi Invicta, no puedo decir que he andado tanto (actualmente sólo tiene un poco más de 3.600 km), pero he realizado viajes que, para la moto que es, creo que se ha comportado bien. Así por ejemplo, en el primer viaje "largo" recorrí 212 km en tres horas (Viaje a Portillo, Los Andes), el segundo viaje ya fue de un día entero por la costa de la quinta y sexta región, y recorrí un poco más de 360 km (pasé por Santo Domingo y llegué a la Central Rapel, en la sexta r

¿Qué pasó con la vieja cámara fotográfica?

Pasó la Teletón y ahora sí que nos encaminamos directamente hacia la navidad. Pensando en la navidad traté de recordar aquellas cosas que uno siempre deseaba. Entre ellas una cámara fotográfica. Recuerdo que mi tía tenia una Kodak Extralite(foto inferior), que era la típica cámara larga que usaba esos rollos alargados en vez de los de 35mm. En mi casa después de unos años que mi tía hubiera comprado esta cámara, mi papá también decidió comprar una. Sin embargo, como ocurría muchas veces, cuando era el evento en que se necesitaba la cámara, ésta no tenía rollos o pilas. Después de unos buenos años y, más o menos, cuando yo tenía unos 16 años mi papá me trajo de Paraguay una cámara Samsung de 35mm(foto de abajo), con flash independiente, selector de luminosidad y autodisparador. Para mí era una maravilla, sin embargo cuando se le ponía un rollo de 36 fotos, éste se quedaba pegado en la foto 24. Ahí entendí el por qué la espectacular cámara Samsung traída del Paraguay no venía en caja, ni