Camino a Putaendo
Si alguno se ha preguntado si es posible llegar a Los Andes a través de La Ligua. La respuesta es sí. Realmente es posible y el viaje es asombrosamente bonito. Ideal para estas Fiestas Patrias o para cualquier fecha del año.
Este viaje partió en Quillota - obvio-, vía Ruta 5 (carretera la Norte) se llega a La Ligua, comuna que se caracteriza por sus dulces y por sus chalecos. Internándose hacia los cerros nos encontramos con Cabildo, comuna antigua pero apacible, al igual que La Ligua, que nos conecta con ese Chile antiguo donde las personas acuden a la plaza del pueblo y ahí se reúnen con los amigos de toda la vida y, donde, este año en la plaza de Cabildo se montó un escenario y una feria costumbrista que nos recuerda que Chile también tiene su propia música y comida y no sólo reggaetón y Mc Donalds.
Una vez que se ha pasado por Cabildo uno se sigue internando hacia los cerros. El paisaje cambia drásticamente y pareciera que nos encontráramos en caminos propios de la Cordillera de Los Andes. Hay plantaciones de paltos y limones que no fueron afectados por las heladas y si ustedes aguzan su olfato sentirán el aroma a limón en el aire. Siguiendo este camino llegamos al Guayacán, sector caracterizado por su paisaje de alta montaña y, porque no decirlo, por gran cantidad de cabrerías lo que obviamente provoca que en el camino se atraviesen cabras, cabritos y algunos corderos, por lo que hay que circular con cuidado, aunque el camino se encuentra en perfectas condiciones y muy, pero muy bien señalizado.
Al final, y luego de 2 horas aproximadamente, se llega a un cruce que da la opción de ir a “Los Patos” (¿se acuerdan del paso Los Patos que fue utilizado por el Ejército Libertador?) o a “Putaendo”; así que para allá las emprendimos. Putaendo es de esos lugares antiguos, pero antiguos , donde siempre dan ganas de volver – aunque sea una vez al año- , donde hay casas de adobe expuesto a la vista lo que es muestra patente de su antigüedad, donde las calles son estrechas, pero aún así el lugar es tan pintoresco que vale la pena conocerlo. La gente es tranquila y lo bueno – aunque no sé si es por que eran Fiestas Patrias o porque son siempre así – es que tienen súper buena disposición a las preguntas del visitante (dígase: “¿Me podría decir dónde queda tal lugar? O ¿Cómo llego a….?).
Termino mi reporte diecieochero y espero que hayan pasado unas buenas Fiestas Patrias. Y si no. Bueno, ya vendrán mejores
Nota: El resfrío, que era grande, desapareció. No sé adónde se fue. ¡Viva el Pipeño!
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