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Los Límites del Amor

Lo que les transcribo a continuación es una entrevista al sicólogo italiano Walter Riso que apareció en la revista CARAS de 9 de Febrero de 2007. La referida entrevista la realizó la periodista Silvia Peña con motivo de la visita que hizo a nuestro país este sicólogo italiano para presentar “Los Límites del Amor”, un libro donde asegura que es hora de poner el sentimiento en su sitio, bajarlo del pedestal desde donde se señorea y nos gobierna. Cambiarle es estatus que el romanticismo clásico le dio y que afecta más a la mujer.

Bueno espero les parezca interesante. Personalmente lo encontré, a lo menos, liberador:


“No importa lo que digan los poetas, no amamos con el corazón, sino con el cerebro”, afirma de entrada el sicólogo Walter Riso. Está en su derecho. Lleva años haciendo terapia, enseñando, investigando en la universidad y escribiendo sobre el amor. Sus obras son éxitos de ventas en España y Latinoamérica.
De paso por Chile se encargó de aclarar y aterrizar las relaciones de pareja.
“El amor es una construcción social que cada cual arma como quiere. Si todo fuera sentimiento y emoción quedaríamos a merced de sus fluctuaciones”.
Sin embargo, las consultas de los terapeutas están llenas de víctimas del cariño. Por eso, el autor llama a desmitificarlo para dejar de sufrir porque sí.
El sentimiento cambia con los tiempos, hoy recibimos los coletazos de los sesenta, de un afecto absolutamente perfecto, idealizado. “Una mitología que hace que la gente, cuando establece una relación, se acerque con mil sueños. Nuestra cultura ha hecho una apología al amor incondicional, que parte de una idea peligrosa: ‘Hagas lo que hagas te amaré igual’. Es decir, que a pesar de los engaños, los golpes, el desinterés o el desprecio – si los hay- no cambiaría mis sentimientos. Más allá de mi dignidad y a cualquier precio, hagas lo que hagas te amaré per secula seculórum. Amor ilimitado, irrevocable y eterno. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante estupidez?. Como si el amor estuviera por encima de los derechos humanos, la justicia y la ética”, asevera Riso.
Y agrega: “El amor no lo justifica todo, no es la única fuente de autorrealización. En su nombre la humanidad ha hecho muchas tonteras. Uno puede vivir sin amor y bien. Mientras le demos fuerza y estatus a lo amoroso, lo estaremos convirtiendo en un problema de salud pública, porque la mitad de la población está sola o sufre por desamor. El manejo de la soledad radica en romper el mito de necesitar a alguien para ser feliz”.

Decir con orgullo ‘llevamos cuarenta años de matrimonio’ es cosa del pasado.
Es como estar en un campeonato de resistencia. La posmodernidad trajo cambios, valores nuevos como la autonomía, la búsqueda del placer y la felicidad. “Si no me sirve, adiós. Hay una ética distinta. Los jóvenes se están separando antes de los cinco años de vida juntos. No les funcionó y se alejan, es la cultura de lo desechable en contraposición a sus padres, quienes buscaban la estabilidad de por vida, a cualquier costo”.
Sobre estos principios, Riso estructuró lo que llama los límites del amor. Cuando estas barreras se sobrepasan y se renuncia al yo verdadero, se entra en lo irracional, lo enfermizo. Eso es muy común en las mujeres que han sido criadas ‘para amar’.
“Se han creído el cuento por mucho tiempo. Hay seis dependientes afectivas por cada hombre y cincuenta adictos sexuales por cada mujer. Ellas entran a las relaciones por el afecto y llegan al sexo. Ellos, al revés. Nuestras compañeras han alcanzado reivindicaciones políticas, sociales, económicas, pero sin lograr una revolución afectiva. Por ejemplo, una presidenta de una multinacional maneja perfectamente su trabajo, es una genio, pero si se enamora no es capaz de aplicar sus competencias en la relación”.
La mayoría de los libros habla de cómo estar bien en pareja. En contraste, Los Límites del Amor llama a escapar, a salvarse si no está bien.
“¿Quién dijo que estar casado es una virtud? Si estoy con una pareja maltratante, que no me hace feliz, la separación es una salida válida y no un fracaso. Yo creo en ‘hasta que la muerte nos separe, si todo va bien’. Si las cosas no funcionan, bye”

Nunca hay que seguir sólo al corazón.
También hay que comprometerse con el cerebro. “Uno se enamora con la cabeza, ahí está la subestructura encargada del sentimiento. De lo contrario no podríamos reinventar una relación, adaptarla”. Según Riso, el noventa por ciento de una relación es discutir, razonar, tratar de convencer al otro. Y sin embargo, el mundo está lleno de gente que se enamora equivocadamente.

- ¿Cómo se explica eso?
- Antes del enamoramiento hay un espacio para pensar. Si sales con un tipo que tomó más de la cuenta, aunque se parezca a Brad Pitt no deberías volver a verlo, pero la cosa no funciona así. La gente recae porque el placer puede más que la realidad. Entonces, ¿quién dijo que el amor no necesita razón?, ¿por qué tiene que ser la única experiencia de la vida que no se piense? Es un desastre seguir sólo al corazón. Mi consulta está llena de personas que han seguido a la pasión y terminan en tragedia.

Hay que prevenir, empezar a desmitificar el amor y ponerlo en su sitio: “Reubicarlo más cerca de la razón y más lejos de la pretensión omnipotente y sentimentalista que lo ha caracterizado. No se trata de reprimirse al enamoramiento, sino tener claro que hay una línea que no se debe traspasar si queremos amar saludablemente”, asegura el sicólogo italiano.
Propone reestructurarlo, revisar los principios tradicionales que lo sustentan y transformarlo en una experiencia más humanista y razonable.
Amor digno, ético, democrático, justo, proclama. “Cambiar la cantidad por la calidad, porque no importa cuánto te amen sino cómo lo hagan”.
En su libro plantea mutar valores como fusión, comunión, generosidad y deber por solidaridad, reciprocidad, autonomía. Lo que llama amor democrático. Lo segundo, incluir en las relaciones afectivas los derechos humanos.
“Si una relación se mantiene dentro de los principios de democracia y dignidad, además de contar con el soporte sentimental, será placentera, duradera y apasionada. Con estos dos pilares podrás enloquecer hasta donde te dé la gana”.

Hacer el amor con la declaración de derechos humanos en la mano, es uno de sus mandatos. “Te amo, pero cuando violes mis derechos no voy a negociar. Hacemos campañas contra el VIH y el alcoholismo, ¿por qué no hacerlas contra el amor irracional? ¿por qué el amor es intocable y hay tanta gente que sufre por él? Por eso hay que bajarle los humos, pellizcarle el culo y ponerlo donde debe estar ¡Y por favor, jovencitas! : No hay alma gemela, no hay un tipo que encaje justo cóncavo y convexo, como Amada amante, de Roberto Carlos.
Walter Riso no da recetas en el libro, pero sí hace varias reflexiones. “Debemos acostumbrarnos a pensar el amor, no sólo a sentirlo. Cuando ocurre se encuentra el sentido de la vida y el amor es sólo un aspecto de ella, no está por encima de la existencia. Entonces se es más feliz en todo”.


Comentarios

  1. pero

    es que cachai que al mundo le gusta vivir así
    le gusta pensar en 'pa siempre'
    en que el amorrr y too eso

    los hace feliz

    lo otro es más serio

    pero

    te encuentor razón en varios puntos

    Besitos_______*

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