Generaciones Futuras

Hoy estaba estudiando en mi pieza con la ventana abierta aprovechando los días de gracia que nos ha dado el invierno. Cuando de repente escucho que al lado de mi casa unos niños empiezan a gritar: “Franco”. ¡Gran novedad! Los escolares salieron del colegio y los amiguitos de mi vecino de 10 años lo han venido a buscar para ir a jugar.

Pongo atención a lo que hablan y...¡Oh my God! El tema es la salida al mar que Chile le debería dar a Bolivia. Bueno, esa una postura. Otro niño, más radical en sus planteamientos, decía que Chile debía ir a la guerra no más con Bolivia.
Después de esto. El tema fue quién había muerto ayer en “Lost” y si debía o no haber muerto. Y como nunca falta el aguafiestas, uno de ellos, que al parecer su papá había arrendado el DVD de Lost o algo así, se puso a contar lo que venía en los capítulos siguientes.

En conclusión. Lo que me llamó la atención fue que niños de 10 años hablaran y opinaran del tema de la salida o no salida al mar para Bolivia y, lo que, de igual manera me llamó la atención, fue que a su corta edad emitieran juicios de valor acerca de la vida o la muerte y de quién debería o no morir en una serie de televisión.
¿Se preguntarán, tal vez, por qué me llamó tanto la atención esa conversación? Sencillamente porque he escuchado conversaciones de personas de 20 años – y muchas veces las mías – y tienen mucho menos contenido y profundidad que la de estos niños de 10 años.

Parece que el mañana será mejor. Sólo hay que tener fe en los que vienen.